Cada vez más parejas “modernas” que huyen de la responsabilidad como el dominio, incluso cuando ya tienen todo preparado para la boda.

Quizás no supieron nunca que el verdadero amor no se traduce en “sentir bonito” cuando se esta frente a la pareja y que tampoco significa: “estar de acuerdo en todo lo que se hace”, porque cuando realmente se ama a alguien se adquiere un COMPROMISO MORAL de ayudarlo respetuosamente a ser mejor, a que crezca como ser humano en todos los aspectos.

Cuando los jóvenes sueñan con encontrar al príncipe azul a la súper mujer para ser felices siempre, tendrán que plantearse con toda seriedad si no están esquizofrénicos, porque un mundo así solo se da en las letras o en las telenovelas, donde navegamos a merced de la imaginación del autor, pero no en el mundo real, donde el Creador ha dispuesto para los hombres la felicidad y el sufrimiento, los logros y los fracasos, la aceptación y el rechazo, y la lucha constante y permanente, desde que nacemos hasta que dejamos respirar.

Las mujeres aun hoy en día conservan la expectativa de encontrar a un hombre maduro, productivo, estable, inteligente, paternal, que cambie pañales, que las acompañe al pediatra, que sepa preparar papillas, que sea una excelente pareja, tierno, que externe sus emociones, que no pida relaciones íntimas cuando ella está enojada, que sea empático.

Los hombres buscan a la mujer de sus sueños: productiva, inteligente, excelente anfitriona, que desee uno o dos hijos cuando el lo decida, que no pida dinero, que sea autosuficiente, independiente y autónoma, que colabora en la economía familiar y que cuide a los niños, que lave, planche, cocine y tenga bien arreglada la casa, además de que se de tiempo para cuidar su apariencia, que siempre esté súper delgada, que se vea sexy, etc, etc.

Con la revolución sexual y el feminismo se rompió el equilibrio tradicional entre el papel que correspondía a los hombres y el que estaba destinado a las mujeres. Los varones se asustan frente a las mujeres que compiten con ellos en su espacio laboral y que a menudo están más calificadas que ellos, y esa amenaza a veces se extiende al campo sentimental. Influye también que se dividieron los roles, pero nunca quedaron delineados. Ahora la mujer tiene más actividades que antes, porque debe estudiar, trabajar y atender a su familia, hecho que resulta desconcertante para todos.

Las expectativas femeninas y las masculinas son irreales y poco objetivas. Muchos ni siquiera son capaces de expresar lo que esperan del otro. Yo no soy psicoterapeuta, pero se que en la vida nada es mágico ni gratuito.

Dos seres inacabados tendrían que estar conscientes de que van a esculpirse juntos durante toda la vida. Anhelar un príncipe azul o una súper mujer junto a nosotros NO es un PECADO, pero si puede llegar a convertirse en un obstáculo para ser felices al lado de un ser humano de carne y hueso, con potencialidades y miseria que, como nosotros, necesita comprensión y verdadero amor para perfeccionarse poco a poco. Si hoy tantas relaciones se rompen después de un tiempo de tratarse en un noviazgo, es precisamente porque no estamos dispuestos a trabajar para forjar una relación sana, sincera, basada en el verdadero amor, que no es solo romanticismo, sino prueba constante de fidelidad, comunicación, respeto y de humanidad.

Mientras estudian licenciaturas, maestrías y doctorados, hombres y mujeres no se dan tiempo para “habilitarse en pareja”, para hablar de si mismo. Todo eso se queda guardado y, cuando cumplen 30 años o más deciden tener un compañero, y suponen que, como por arte de magia, contarán con habilidades que no desarrollaron, porque nunca se dieron tiempo para hacerlo.

Para relacionarse con otra persona hay que estar dispuesto a negociar, a manejar enojos, a discutir –no pelear- porque aunque existan punto de vista diferentes, es posible conseguir objetivos que satisfagan a los dos, dice la Doctora. Pero eso cuesta.

Quizás el problemática radica en que nadie desea comprometerse en entablar la lucha por lograrlo. Hay demasiado egoísmo en las persona hoy en día. Cada día son más las mujeres y hombres, profesionistas, independientes, inteligentes y de éxito, que ven pasar los años sin encontrar pareja. Personas, de todas las clases sociales se encuentra frente al mismo problema.

Para poder amar verdaderamente hay que renunciar a creer que ese sentimiento es el fin de la soledad, y estar dispuesto a aceptar dos soledades, la del otro y la propia. Y es que amor es confesar: “Si, yo te amo como tu eres… aunque no correspondas a mis sueños y a mis esperanzas, tu realidad me da mucho más regocijo que mis sueños”.

Pero el amor duele más cuando la persona que has amado no tiene idea de como te sientes.

1 comentario:

BRUJOTA dijo...

BRUJA, TE AVENTASTE!